domingo, 12 de septiembre de 2010


The War Begin Now

-¿Cuántos años tiene?-

-18-

-¿Cuándo es su cumpleaños?-

Dejé escapar un sonoro suspiro, Bren llevaba un buen rato haciéndome un interrogatorio, al parecer, para ella, tenía una especie de doctorado sobre la vida privada de Nate.
Sí, el chico era el hijo de los mejores amigos de mis padres, Sí había pasado más de su vida aquí que en su país y Sí era el hijo que mi padre siempre había querido.

Pero no por eso a mí me debía importar un pepino su vida.

La miré por sobre mi hombro, estaba sentada en la mesa de la cocina picando vegetales para la sopa, pero había parado su tarea para averiguar más sobre mi nuevo vecino.
-¿Algún hermano? ¿Cómo hizo que el auto llegara hasta aquí?- Con furia contenida, apreté la cuchara de madera que usaba para evitar que los fideos se pegaran mucho (Amaba los fideos, por eso odiaba que se pegaran) y tomé una bocanada de aire
-Es de Winchester, Inglaterra. Nació el 3 de enero de 1991. No tiene hermanos. Sus padres enviaron el auto hace unos días Y las pildoritas que le entregamos luego de que mi papá llamara y nos las enviara eran vitaminas sobre si ibas a empezar a preguntarme su historial médico-

Vaya, jamás pensé que podría decir tantas palabras sin respirar y más sobre él
Brenda sonrió y me sacó la lengua en un gesto infantil

-Sabía que lo sabías-

La miré con ojos asesinos para luego apretarlos con fuerza y furia.

No.
Ni en Un millón de años

-¡No me importa para nada Nate!-

-Vaya, Gracias Simone.-

¿N-Nate?

Oh merde, merde, merde, merde ¡MERDE!

Abrí los ojos con lentitud y miedo, lo primero que hice fue clavar la mirada en el piso temerosa de encontrarme con esos carboneos y negros ojos.

Lo primero que vi al mirar al piso fueron los pies desnudos de Nathaniel, me sorprendió lo cerca que estaban de mis zapatos de charol negros.

Levanté la mirada con una lentitud casi reverencial, primero me encontré con el
pantalón gris holgado que, asumía, era su pijama.

Apresuré la mirada cuando llegue a su cintura ( Aunque fuera difícil de creer, mi madre me había inculcado los modales que toda dama de antaño Francesa debía tener)
un poco sonrojada fijé la cabeza en el único punto para el que no debía levantar la vista, con mi altura, este punto era más o menos en frente del corazón de Nate, podía ver la toalla blanca que yacía sobre los hombros de su camiseta negra de manga larga.

-Yo…No quise… no es que tú no me…Pero es que yo..-
Prácticamente me estaba ahogando en mi saliva, no podía decir nada coherente, Nate me ignoró para buscar algo en la nevera, tenia el cabello grisáceo un poco mojado y su piel se veía aun más paliducha

Sacó una soda de la nevera y se dirigió a la sala, sin verme ni a mí ni a Brenda, ambas estábamos petrificadas en nuestros lugares.

A lo lejos, escuché como se encendía la televisión y el sonido de los resortes del sofá.

-Eso…no pudo haber salido peor-

Me golpeé la frente con la palma mientras me dejaba caer en la silla junto a Brenda, ella me miró con los ojos y la boca abiertos.


Nos quedamos en silencio por un rato antes de terminar de preparar la cena, a la media hora frente a cada una había un gran plato vacío de sopa de tallarines y vegetales.

-Vas a tener que llevarle de comer- Me dijo Brenda mientras se bebía el ultimo trago de su soda

- ¿Y Si mejor dejo que venga a buscarle él?-Me encogí de hombros jugando con la cuchara del plato, Brenda me golpeó la parte de atrás de la cabeza y me obligó a levantar la mirada
-Ve, no puede ser peor que esto-

Me levanté mirándola feo y le saqué la lengua, tomé un plato de sopa y la lleve a la sala.

Nate estaba recostado en el sofá, sus piernas largas colgaban del sofá, la cabeza la tenia sobre unas 3 almohadas, si la vista no me fallaba ( ¿Para qué podría alguien querer tantas almohadas?)

Carraspeé para hacer que se volteara a mirarme, sus ojos se posaron en el plato de comida que tenia en mis manos.

Me agaché y puse el plato de sopa humeante en la mesita de café, por un segundo pude jurar que Nate medio sonrió

-No como caracoles, gracias francesa-

Fruncí el entrecejo y apreté el puño derecho

¡Ingles presumido y estúpido!

Solo intentaba ser amable, ¡Pero él viene y me insulta! ¡A mí y a mi gente!

Suspiré y dejé salir toda la rabia que había en mi interior

-Siento no tener pescado y patatas, Mister James-

Sí, era una tonta infantil y usar un acento ingles mal imitado era aún más infantil

Pero si ese ingles presumido quería guerra…

Nate me miró con furia contenida y posó su mirada en la televisión de nuevo, me levanté con rabia y dejé el cuarto, aún así, pude oír como murmuraba por lo bajo

-Francesa tonta-

-Ingles presumido -

La guerra acababa de comenzar.

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